viernes, 20 de julio de 2007

Paradigmas e Índole Epistemológica

Por Santiago Bogoya.
___________________________________________________

En el ámbito de las ciencias humanas y sociales todavía no se ha llegado a tener un consenso acerca de la fundamentación científica. No tenemos una teoría de la ciencia o epistemología. Hay varias en pugna.

(Mardones, 1991: 56)

Los paradigmas nos sitúan al enfrentar el problema de la índole epistemológica de la ciencia. Tomando el ejemplo de la construcción, son los cimientos sobre los cuales se desarrolla el edificio de nuestro conocimiento, y por lo tanto, soportan o nos permiten saber lo que puede ser construido, lo que ha de derrumbarse por la imposibilidad de sustento, o lo que ha de edificarse en la inmensa búsqueda del ser por alcanzar el “cielo” de la verdad. Sin embargo, como la historia nos ha demostrado, el ser humano no ha vivido en las mismas edificaciones durante su existencia. Ha pasado desde la cueva hasta los bloques compactos de hielo. Desde el acero y el ladrillo, pasando por la tapia pisada, hasta el fino abrigo de la madera. ¿Esto puede darnos alguna luz?

Indudablemente, el paradigma, en tanto que es una concepción global sobre el saber, permite ver y construir lo que ha de definirse como científico, dando luces sobre su definición y sus criterios de demarcación. Esta correlación se muestra evidente, en tanto que es imposible pensar fuera del ser, de la experiencia, o del conocimiento que poseemos. “Lo que vivimos y experimentamos, lo que conocemos y llegamos a saber está necesariamente construido con nuestros propios materiales y sólo se puede explicar por manera y forma de construir” (Watzlawick, 1998: 35) Como ocurre con el lenguaje (¿y acaso no ocurre en cada acción de nuestra existencia?) sólo, a fuerza de generalizaciones de las palabras que utilizamos (las referencias que aparecen en nuestra lengua) es decir, de olvidar las diferencias existentes entre los objetos reales del mundo, podemos abstraer y soñar una esencia del mundo, que nos es indispensable para comunicarnos; así, podemos referirnos al mundo y creer que al decir algo realmente estamos conociendo la realidad, o en su caso contrario, que a fuerza del lenguaje construimos convenciones que no son la realidad pero sí sus representaciones. Pero en todo caso pensar fuera de esta referencialidad, sólo es posible en el arte, y en este momento no se me ocurre mejor ejemplo que el cuento de “Funes el memorioso” de Borges. Pero nosotros no somos Funes que optamos como eremitas vivir fuera del universo posible. Somos hombres sociales, que compartimos estructuras y contenidos que nos permiten enfrentar, conocer y construir el mundo. Los paradigmas se convierten en las guías (valga la redundancia) que guían nuestros procesos, sean científicos, filosóficos, morales, etc. Sin embargo, volviendo al ejemplo de la construcción, esto no implica que podamos cobijarnos del frío de una única forma posible. En determinado momento se encuentran unos elementos que constituyen las bases sobre las cuales construimos nuestro hogar, y que al final es el lugar donde vivimos. Pero esto no implica que podamos cambiar los elementos, construyendo algo totalmente distinto, y que aún nos sirva para vivir en este mundo.

Así, la ciencia, en su historia, ha sido construida bajo paradigmas que indican cuál es y debe ser su carácter, o en términos más globales su filosofía. Pero esta historia como un proceso dinámico e inherente al hombre, donde el cambio y el movimiento es constitutivo, ha creado cambios y nuevos paradigmas en los cuales, se ha redimensionado los límites y criterios de la ciencia. Por lo tanto asistimos a un proceso estéticamente muy interesante. Pues en la expresión del paradigma se sientan unas bases filosóficas que imponen unos criterios definitorios, y en tanto que asiste a la historia y a los fenómenos sociales (la expresión de la revolución), se generan revoluciones que evalúan estos criterios, y en algunos casos los modifican. Asistimos a un doble movimiento en esta relación entre paradigmas e índole epistemológica. Un movimiento que sienta las bases y uno que construye nuevas bases. ¿Y en este sueño de la diversidad al ver globalmente la ciencia como puede existir una verdad última o un consenso en una única forma de hacer ciencia? “Al aprender un paradigma, el científico adquiere al mismo tiempo teoría, métodos y normas, casi siempre en una mezcla inseparable. Por consiguiente, cuando cambian los paradigmas, hay normalmente transformaciones importantes de los criterios que determinan la legitimidad tanto de los problemas como de las soluciones propuestas.” (Kuhn, 1975: 174)

Bibliografía

Borges, J. L. (1997) Ficciones. Alianza Editorial. Madrid
Kuhn, T. (1975) La estructura de las revoluciones científicas. F.C.E. Mexico
Madones, J. M. (1991) Filosofía de las ciencias humanas y sociales. Anthropos. Barcelona.
Watzlawick, P (1998) La realidad inventada. Gedisa editorial. Barcelona.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El artículo, llama la atención acerca de la realidad, y comparto su visión. Cada uno al poseer sistemas sensoriales diferentes y formas únicas de valorar cada situación compuestas por creencias y experencias pasadas, ve la realidad de distinta forma, "percibe" la realidad de manera diferente. Sin embargo, como el artículo menciona, somos sere sociales que llegamos a acuerdos de lo que queremos.

Anónimo dijo...

Hay una frase muy común que dice: "cada ser humano se labra su propio destino", y considero que es un verdad absoluta. (Hablando especificamente desde el ambito educativo) Pienso que dependiendo de las bases con las que cementemos nuestros conocimientos (Experiencia, vivencias, y criterios), dependerá que podamos crecer intelectualmente, alcanzar grandes triunfos y aportar algo más a las verdades cientificas que se hna venido buscando desde hace mucho tiempo y aún no estan definidas.

Anónimo dijo...

La conclusión de una clase que tome, muy en resumidas cuentas decia, que en medio de la realidad y de su invasiva e inagotable multiplicidad, la única salida que queda es darle Nombre a las cosas que aun no existen. Finalmente éste es uno de los caminos que se recorre en el arte, una de las búsquedas constantes que se desprenden de su práctica. Digamos que ambiguamente, me gusta mucho remitirme al diccionario, registro de uno de tantos universos que constituyen los distintos lenguajes.¡hasta que número llegará el número de profetas de nuevos lenguajes y significados epistemólógicos!!! ¡¡¡¡Cuanto más durará el mundo en decadencia y cuanto más durarán las personas con miedo, hambre y sufrimiento!!! Será que tantas ideas en medio de tan duras realidades solo sirven de escape.

Anónimo dijo...

Respecto al párrafo:

"Esta correlación se muestra evidente, en tanto que es imposible pensar fuera del ser, de la experiencia, o del conocimiento que poseemos."

Creo que como el mismo autor lo evidencia, es dado precisamente por el problema de la limitación del lenguaje...Necesariamente nos vemos avocados a relacionar todo aquello del mundo real y no real a través del lenguaje, lo que nos impide ver mas allá....Cosa que el autor también dice en:

"Pero en todo caso pensar fuera de esta referencialidad, sólo es posible en el arte"

Creo que esa sería una buena posibilidad al acercamiento de un paradigma o epistemología social general....Mirar al mundo desde el punto de vista artístico y filosófico, buscando una aplicación práctica en la realidad.

Gracias.

Anónimo dijo...

gracias por la info

Anónimo dijo...

Gran post. No se puede esperar a leer los siguientes:)