Tomado del diario El Tiempo
Ese estereotipo, según un estudio de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España (Uned), se ha vuelto relevante entre los bachilleres cuando van a decidir qué profesión escoger.
Y eso, a veces, los lleva al fracaso académico y profesional. Para una tercera parte de los alumnos, según esta institución, las letras están asociadas a los estudios fáciles, cómodos, llevaderos y prácticos. Las ciencias, por su parte, se relacionan con estudios exclusivos para los más dedicados, porque, aunque son arduos, tienen prestigio.
"Este es un argumento que no debe ser determinante. No es bueno presionar a un alumno ejemplar para que se incline por profesiones supuestamente exigentes, ni al malo por algo, en teoría, fácil. Esto significa naturalizar un estereotipo que no existe", explica María Dolores Aguilar, antropóloga de la Uned.
Dos casos que ilustran
Tatiana Parra Rodríguez nunca fue una estudiante ejemplar en el colegio. Cada vez que se acercaban las entregas de notas, sus papás comenzaban a rezar para que, al menos, pasara raspando matemáticas e inglés, y no perdiera dos o tres materias más.
En tono de sermón, sus hermanas mayores siempre le decían que iba a fracasar en la vida si no se proponía ser la mejor estudiante del salón. Y algunos miembros del resto de la familia, como si fueran clarividentes, pronosticaban: "Tendrá que estudiar una carrera fácil, sin números".
Lizeth Mallorga, también de 18 años, cargaba otra fama. Superó el bachillerato sin inmutarse ni perder un solo logro. No necesitaba estudiar mucho para sacar buenas notas. Sus padres y profesores siempre le dijeron que tenía que inscribirse en una carrera 'dura', con muchos números y ecuaciones, para que no desperdiciara su inteligencia.
Tatiana Parra decidió estudiar arquitectura, que exige cálculos, creatividad, dedicación y mucho trabajo.
Y, contrario a lo que era su vida escolar, hoy saca notas para enmarcar y terminó el primer semestre con un promedio que rozó la excelencia.
"No escogí esta profesión por referencias de alguien, solo porque me gustó el diseño, que vi en una materia electiva en el colegio. Ni siquiera pienso en hacer plata, solo en hacer cosas diferentes, que les gusten a los demás".
Por su parte, Lizeth entró a estudiar contaduría, ve números a granel y perdió dos materias, se siente incómoda y ahora duda si esa carrera es lo que realmente quiere. "La que me gustaba era una técnica, pero me incliné por esta por su proyección laboral".
"La escogencia de una carrera no debe estar basada necesariamente en qué áreas se es más hábil. Por ejemplo, el que sea bueno en física no necesariamente debe estudiar ingeniería", dice el psicólogo Fernando Murillo, director de Contacto, que ofrece orientación a los aspirantes de la Universidad Javeriana.
La universidad es otro cuento
Según el experto, la selección debe estar basada en el sentido que uno quiere darle a la vida, porque no siempre los reflejos que se mantienen en el colegio se sostienen en la universidad.
Murillo dice que el estudiante que no es tan bueno en el colegio es un poco más libre: "Reflexiona más y no está determinado por parámetros de excelencia que sí carga el estudiante ejemplar, que está obligado a aplicar 'imaginarios' de exigencia y que a veces no está acostumbrado o preparado para el fracaso".
A esto se suma que muchas de las decisiones quedan en manos de los padres, que coartan el discernimiento de sus hijos.
"A mí me han buscado algunos papás para decirme: mi hijo quiere estudiar literatura, pero, por favor, trate de convencerlo de que estudie una 'carrera' ", agrega Murillo.
Hay demasiada influencia paterna
Un estudio de mercadeo de la Universidad del Norte, de Barranquilla, comprobó que la decisión para estudiar una u otra carrera está influenciada, en un 80 por ciento, por los padres, explicó Marina Llanos Martínez, coordinadora del programa de psicología de la institución.
"Uno puede tener muchas habilidades para algo, pero si eso no te motiva no habrá forma de que te vaya bien. Y al contrario: si uno carece de habilidades pero hay interés, eso se puede compensar fácilmente con trabajo y esfuerzo, porque habrá motivación", explicó Llanos.
Y aunque las presiones para inclinarse por uno u otro programa son evidentes en nuestro medio, José Manuel Restrepo, vicerrector de la Universidad del Rosario, dice que la libertad para escoger se está abriendo paso, porque la demanda de carreras 'exóticas' o nuevas está aumentando, como antropología o ciencias políticas.
"El éxito está basado en reconocer la vocación, al margen de la inteligencia. Lo importante es identificar lo que se quiere en la vida. Y en eso es muy importante la labor de los colegios, que deben esforzarse por identificar en los alumnos las competencias que tienen, para enfrentarlas con las que exigen los programas", explicó Restrepo.
6 comentarios:
Es una tarea díficil escoger lo que se quiere ser en la vida, y mucho más si se tienen preciones familiares, que intentan persuadir nuestras decisiones; por esto es importante el apoyo de nuestros padres y una buena orientación.
Pienso que todos los Colegios deben desarrollar metodologías que permitan a los estudiantes identificar cual es la carrera que más le gusta, cuales son sus habilidades, cuales de las cosas que realiza le gusta más. Todo esto con el fin de identificar y escoger la mejor profesión, y así evitar lamentacione en un futuro.
Es muy cierto que en los colegios se deberían ver materias como,formación profesional,para evitar tanta deserción en la universidad.Desafortunadamente,los colegios públicos no tienen en cuenta ésta materia tan importante y definitiva en la elección correcta del futuro de nuestros jóvenes.
Totalmente de acuerdo, no hay carreras más fáciles ni mas difíciles, y tampoco ninguna carrera garantiza el éxito.. Hay que ser muy bueno en lo que uno hace y así tendrá el éxito en las manos..
No solo en los colegios públicos, también en los privados....
Este es un tema que no importa mucho, para la mayoría de los colegios.
Es cierto que en los colegios se debe enfatizar en una orientación para los futuros estudiantes universitarios, sin embargo, el colegio solo es un factor más que puede influir en la elección de una carrera. Los padres, como el artículo lo dice, son los que tienen más influencia en la carrera que sus hijos escojen, además de otros factores como la influencia de las amistades, los medios de comunicación y las creencias populares.
Por otra parte tambien es muy cierto que las carreras de humanidades por ejemplo, tienen una mayoría de estudiantes que no son muy dedicados ni interesados en cálculos y estudios exigentes, y que de igual forma, carreras como las ingenierías o las ciencias exactas tienen una mayoría de estudiantes que gustan de estudiar mucho sin importar la complejidad de problemas que la naturaleza de estas carreras puedan traer. Sin embargo, esto NO quiere decir que en Ciencias Humanas no haya estudiantes muy aplicados y comprometidos con el estudio, ni tampoco quiere decir que en Ingeniería no haya estudiantes de un bajo desempeño academico. Como el artículo lo menciona, gran parte del problema está en la motivación propia de cada estudiante para seguir con la carrera que esta cursando, de otro modo, es difícil que se logren resultados sobresalientes.
Finalmente, es necesario mencionar que la complejidad que una carrera tenga depende de quien juzga la carrera, ya que puede ser que alguien que estudie Historia, Antropología o Literatura, por ejemplo, tenga gusto por leer, re-leer y analizar textos que para un estudiante de ingeniería pueda parecerle excesivamente largos y tediosos, por lo tanto, sí es urgente acabar con esos prejuicios sobre las carreras universitarias.
Con respecto al ranking de las mejores universidades colombianas me parece un punto de referencia bien interesante.Más importante creo es la posición de pensar en ser mejor cada día más,aspirando a grandes proyectos,construyendo un futuro diferente al de la gran mayoría,porque se tiene claro lo que se quiere,hacia donde ir,y se legará poco a poco sin pausa.
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