martes, 27 de noviembre de 2007

Mejor Imposible

Por Estella Bogoya.
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Un tibio amanecer de finales del mes de Abril del año de 1986; arriban al portal de la clínica, MEJOR VIVIR, Pedro y María, tomados de la mano, unidos por una mezcla de preocupación y alegría, reflejadas en sus ojos, ante la llegada de su primogénito.

Cuando la luna llena iluminaba la estancia, bajo la mirada inquieta del médico, director de la Clínica; la expectante preocupación del padre, que recuerda un embarazo sin sobresaltos, cuidando en todo momento la paz y la tranquilidad de su amada pecocita. Pedro, cuestiona al médico, ¿doctor qué ocurre, pienso que es mejor llevar a María al Hospital? ¿María, mi amor qué opinas tú, cómo te sientes?. Mi tesorito, responde María, confío plenamente en el doctor, ten paciencia, todo va a salir muy bien. Pedro respira profundamente aliviado, ante la seguridad de María.

La enfermera, que hacía pocos meses había llegado de Suecia, amiga personal de Pedro y María; ingresa al consultorio con una tina colmada de agua que ha sido expuesta a la luz de la luna, con pétalos de rosas blancas, significando la pureza de la llegada de un ser muy especial. Doctor, dice la enfermera, ya está todo listo; muy bien, ya viene el bebé. Pedro contiene la respiración, no quiere perder ni un segundo de tan magno acontecimiento, María rebosa de alegría al sentir que su bebé ha nacido. Pedro y María se miran con infinita ternura, unidos por una indescriptible sensación de grandeza, agradecidos con el creador por permitir la llegada de Juanito, un hermoso bebé, de ceño fruncido, en señal de que extrañaba su anterior morada, pesó 4.5 kilogramos y midió 50 centímetros. Doctor, muchísimas gracias, disculpe mi angustia por favor, el doctor se dirige a Pedro, lo felicita, le da palmaditas en la espalda, Pedro no te preocupes, lo entiendo perfectamente. Observa a María, quien con lágrimas en los ojos, le agradece infinitamente. El médico realiza los exámenes de rigor tanto al bebé como a la joven madre. Doctor¿ Cómo se encuentra mi esposa y nuestro bebé? Pedro, MEJOR IMPOSIBLE.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que importante es sentirse feliz, es solidificar lo que queremos y anhelamos, y es ver el fruto del Amor, sobre todo de un Amor sincero, intenso, y verdadero.

Anónimo dijo...

El hecho de traer al mundo a un nuevo ser, es el más grande gesto de amor y realización de un ser humano.

Gracias.

Anónimo dijo...

Que bonito escrito..
Creo que nada se compara, es el mayor don que podemos tener las mujeres; poder traer al mundo a una nueva personita, un nuevo ser, debe ser una felicidad inimaginable!!