lunes, 19 de noviembre de 2007

León de Greiff

Tomado de http://www.teleantioquia.com.co/Programas/AntioquiaLetraaLetra/LeondeGreiffBiografia.htm


Quizá muchos han oído hablar de León de Greiff, pero pocos han osado profundizar en su obra. Populares son algunos de sus versos y sin embargo poco es conocido en la magnitud de su producción. Abordar al poeta no es tarea fácil, pero es toda una experiencia rica en vocablos y en erudición, descriptiva de la vida y goce de musicalidad, que caracterizan su estilo.

León de Greiff nace en Medellín en 1895 y es bautizado como Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Haeusleren. Sus ancestros europeos, alemanes y suecos, marcan no sólo su genio huraño, sino también su formación culta y liberal, por la que a los dieciocho años fue secretario privado del General Uribe Uribe, amigo de su padre. Tras la muerte del General, se reúne con otros los doce Panidas, jóvenes con ideas innovadoras que chocan con la ciudad aún más pacata que era la Medellín de entonces. Fundan la Revista Panida, donde De Greiff empieza a publicar sus primeros escritos.

Ya con cierto reconocimiento viaja a Bogotá a trabajar en un banco y es en esta ciudad donde realmente se hace ícono. Vienen ahora Los Nuevos y se hace a un grupo de contertulios sólido y se convierte en figura con sede en el Café El Automático y en habitante categórico del tradicional Barrio Santa Fe.

El Café El Automático aún es conocido por la presencia del Maestro. Es lugar ineludible en la procesión tras su rastro. Era un café de hombres y las tertulias allí eran ricas, pero el Poeta era de pocas palabras, aunque todos estaban atentos cuando hablaba, porque cualquier comentario suyo era un martillazo. Casi nadie osaba acercársele, porque sabían lo arisco que era. Su físico era inconfundible, todos lo reconocían, pero su aspecto era descuidado.

Una etapa importante de su vida y su obra, la marca su trabajo en el Ferrocarril de Antioquia, trayecto que iba de Bolombolo a La Pintada a su cargo. El paisaje del río Cauca le sirve de excusa e inspiración para parte destacada de su producción literaria.

Su obra está compuesta por once “mamotretos”, como él irónicamente llamó a sus publicaciones. Seis fueron publicados en vida y si se quiere incluir como mamotreto Nova et Vetera, serían siete; porque los otros cuatro fueron publicados póstumamente:

Tergiversaciones (1925)
Cuadernillo poético (1929)
Libro de Signos (1930)
Variaciones alrededor de nada (1936)
Prosas de Gaspar (1937)
Semblanzas y comentarios (1942)
Fárrago (1954)
Bárbara Charanga (1957)
Bajo el signo de Leo (1957)
Nova et vetera (1973)
Libro de relatos (1975)

Lo que hay de único en sus poemas es su métrica perfecta, su amplio léxico, su musicalidad, los temas y personajes, la fusión de forma y contenido, así como la musicalidad, el humor, la ironía, la sensibilidad, el erotismo y la erudición de su obra.

Contempló todos los campos desde la prosa poética hasta el verso libre, pero era como “vino nuevo en odre viejo”, bien rimado, bien medido y perfecto en versos endecasílabos cual Quevedo.

Algunos llaman a sus palabras raras, pero es más la ignorancia sobre su significado, porque además tuvo el poeta no sólo un vocabulario propio, sino una sorprendente riqueza idiomática que por falta de tiempo o de consciencia del lector para detenerse más que en el sentido, en la música, en el juego que propone el poeta que aunque trascendente, no carece de humor, por mejor decirlo, de fina ironía.

León de Greiff tenía interés en todas las regiones de la cultura antigua y moderna, en las que no se conformó con simple información comprensiva, sino que tuvo asombrosa erudición, la que es perceptible en sus poemas que, aunque autobiográficos, hacen alusiones a personajes, acontecimientos, épocas, música, leyendas, mitos y temas posibles de abordar sólo desde una muy amplia cultura. No sólo era respetable por su conocimiento, sino porque vivió en una época donde ser poeta tenía un reconocimiento social. Germán Arciniegas no guardó elogios para el poeta y dijo que debió se el primer premio Nobel del país.

Se comenta que su hermano Otto pudo haber sido mejor poeta que él, pero no quiso intentarlo para no opacarlo y que León sabía tanto de música como su hermano o quizá más, pero se respetaron sus espacios. Aunque el poeta dio clases he hizo crítica, lo más importante es la musicalidad en sus poemas. Cuando se analiza una obra de arte por la adición de forma y contenido, se plantea que en la música forma y contenido son lo mismo; asimismo se entiende en la obra de De Greiff, por eso es tan importante su prodigioso sentido musical. Además que en sus título hace referencia a los movimientos musicales y se convierte en toda una sinfonía: Fantasía cuasi una sonata en do mayor, Preludio: Grave quasi quieto…

El poeta obtuvo reconocimientos en vida. Recibe honores y condecoraciones y viaja por muchos lugares. Antes sólo había ido a México a repatriar los restos de Porfirio Barba Jacob y estuvo alguna vez en Lima. Tuvo pues, la oportunidad de recorrer la Unión Soviética, la República Popular China, Austria, Yugoslavia, Alemania, Francia, España, Finlandia, y en América Latina, de nuevo México, Costa Rica, Cuba, El Salvador y Venezuela. Un absurdo accidente que lo deja al borde de la muerte, pero que de vuelta a la vida lo transforma. En reconocimiento de su labor recibe numerosas condecoraciones : la Estrella del Norte en el grado de Caballero conferida por el Rey de Suecia (1964), la Orden de Boyacá, en el grado de Comendador (1965), el Premio Nacional de Literatura (1970), Homenaje del Colegio Nacional de Periodistas -ofrecido por Gabriel García Márquez-, la Medalla Jorge Zalamea, el Hacha Simbólica de Antioquia, la Estrella de Antioquia y la Medalla Cívica General Santander (1971), Premio Antioquia (1973), Miembro Honorario del Instituto Caro y Cuervo (1974), Doctor Honoris Causa en Letras de la Universidad del Valle, Orden de San Carlos en el grado de Gran Oficial y Homenaje de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (1975). En Venezuela hubo un premio nacional de poesía que llevaba el nombre de León de Greiff.

Por un accidente en 1965 estuvo hospitalizado y no volvió a ser el mismo. Nova et vetera es su última publicación en 1974 y dos años después la muerte lo coge por sorpresa, pero sin embargo, a más de treinta años de su muerte, sigue siendo reconocido y recordado, pero aún falta mucho por profundizar en su obra y es una tarea abierta para la academia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda una de nuestras grandes voces poéticas, pero hace falta en esta somera biografía algún verso que la justifique; aquí va uno, acaso el más famoso, acaso el más actual (pues los poetas, voces de la individualidad, son las voces de una individualidad más vasta llamada historia o vulgarmente actualidad):

Cambio mi vida, juego mi vida,
de todos modos
la llevo perdida...

Anónimo dijo...

Un gran maestro de la poesía, y aunque no conozco su obra, me llama la atención su especial renombre, prestigio y respeto que tiene.

Igualmente me gusta mucho la historia del Automático, ya antes lo había oído mencionar, y es un sueño de "muchos" materializado en la realidad, poder reunir a intelectuales de la época, los cuales años más tarde serían los grandes intelectuales del país.

Estoy seguro que la riqueza que se obtiene al tertuliar con gente de tal talante es mucho más amplia que la que se gana al leer o al escribir.

Gracias.

Anónimo dijo...

Que bien podría ser hacerle caso a Arciniegas, De Greiff, merece el nobel por su excelente obra, en donde habrá un colombiano quijotesco que quiera tratar de hacer esta solicitud y tertuliar en lo que queda de los cafés del centro de bogotá sobre De Greiff.

Puede ser.

javierlibe@hotmail.com

Luz Stella PB dijo...

Uno de los grandes escritores Colombianos, que cualquier Colombiano deberia leer!