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La eutanasia es uno de los temas más debatidos, complicados, del cual todos tienen un punto de vista diferente, cada uno dependiendo de sus convicciones, de su religión, del entorno en el que vive, de su familia, de su sociedad, de las leyes. Esta palabra tan corta, que ha despertado reacciones negativas, viene del griego eu que significa bueno, thanatos que significa muerte; es decir buena muerte.
La eutanasia se clasifica en voluntaria e involuntaria; la voluntaria es aquella en donde el paciente conciente de su enfermedad, decide que le suministren una inyección de cloruro de potasio, y la involuntaria es cuando el paciente se apega a la vida, y son sus familiares los que deciden una muerte digna para él. A su vez están dos clases de eutanasia se subdividen en activa y pasiva.
La activa, es cuando la muerte es provocada instantáneamente y la inactiva cuando se suministra al paciente tratamientos o medicamentos que prologan la vida y el sufrimiento de la persona.
Se debe aclarar que la eutanasia es suministrada a pacientes con enfermedades terminales, donde la ciencia ha diagnosticado que no hay nada que hacer, que no existe ningún medicamento o tratamiento que pueda salvar su vida, y que al contrario esta se ira deteriorando paulatinamente; puesto que día a día el paciente va perdiendo su movilidad física, atrofiando sus neuronas, hasta quedar totalmente vegetal.
La religión católica, es una de las religiones que más rechaza este método, al cual considera suicidio y que según ella va en contra de las leyes de Dios, quien es él que finalmente decide sobre la vida de cada ser humano.
Pero es precisamente aquí donde cabe preguntarnos, ¿si es verdaderamente Dios el que debe decidir sobre nuestras vidas, o son las leyes las que dictaminan cuando debemos morir, o al contrario es cada ser humano quien viéndose en situaciones de dolor, de sufrimiento, conciente de que la ciencia ya no puede hacer nada más por el, decide dejar de sufrir y pasar una mejor vida?, donde muy probablemente el dolor físico disminuirá en su totalidad.
Y la respuesta para mí no es fácil, pero creo que ni la iglesia, ni las leyes, ni ningún ser humano, saben lo que siente un paciente que lleva años en cama, que no puede hablar, que no puede comer, que le duele cada hueso de su cuerpo, que no puede ver, y en casos aún más avanzados que no puede ni siquiera moverse, y que son sus familiares quienes deben, desde bañarlos hasta ayudarles hacer las necesidades del cuerpo. Cosas como estás son realmente degradantes, tanto para el paciente como para sus familiares, que sufren y viven continuamente el dolor, de un paciente postrado, que no mejora, que no tiene ningún progreso y que al contrario empeora día a día.
Es aquí entonces donde considero que nadie tiene voz y voto, más que el mismo paciente, si el pide que le apliquen la eutanasia, que quiere descansar, que no soporta más dolor, que se encuentra exhausto con su enfermedad, que esta agotado de ver como de la persona activa, enérgica, que trabajo toda su vida, que luchaba por ser cada vez mejor, y que nunca necesito de nadie para moverse, hoy se encuentra en una cama, dependiendo de todos para poder simplemente hablar.
Como lo mencionaba al inicio es precisamente la iglesia la opositora numero 1 de la eutanasia, no lo aceptan por ningún motivo, pero acaso ¿quién es la iglesia?, ¿es ella la dueña de nuestras vidas?, simplemente y sencillamente, no lo es; es precisamente por el mismo amor que se le siente a Dios, que uno decide no seguir sufriendo, es dignidad humana. Pero desafortunadamente entidades como ésta…, “predican pero no aplican”.
Hace algunos años, conocí el caso de un hombre que hace 15 años sufrió un letal accidente que lo dejo muerto en vida, un hombre joven (27 años) con una hija que apenas empieza a vivir. Los médicos diagnosticaron a sus familiares que ya no pueden hacer nada por él, que ya todo depende del destino, de la vida misma, o de Dios, que científicamente todo esta perdido; este hombre lleva quince años postrado en un cama, sin pronunciar si quiera una palabra, al parecer no reconoce a nadie, pero su mirada se pierde entre el vació de sus ojos, no se mueve, no puede comer, no puede gritarle al mundo su dolor, hoy sus padres lo cuidan. Él parece un bebé, come a través de sondas, y hace del cuerpo a través de pañales; sus papás lo adoran y ese amor, los hace segarse ante las mínimas y remotas posibilidades que existen; se empeñan en seguir con el; ¿hasta cuando? Esta es una respuesta que nadie puede dar, de pronto hasta nunca. Su enfermedad día a día se prolongan, las yagas han aparecido ya, y el dolor de verlo estremece hasta el mas duro de los hombres. ¿Qué piensan ustedes, debe él continuar en un mundo donde ni siquiera, él se acuerda de quien es? ¿Debe esperar hasta que Dios decida llevárselo? ¿Debe continuar pagando con su dolor y su angustia, algo que él no planeo? ¿En cosas como estás debe intervenir la iglesia, las leyes, e incluso sus familiares?.
Desafortunadamente, él no esperaba algo así, y es difícil saber que piensa y si quiere morir ya, pero es uno de los miles de casos que existen hoy en día, nadie sabe hasta cuando estará bien, hasta cuando su mente continuara hablando, por esto pienso que es importante que cada uno se apropie de su destino, de situaciones que no deseamos pero que pueden pasar, y decidan antes de que ocurran situaciones similares.
Aún me pregunto si, ¿
Patricia Chacón Méndez
5 comentarios:
Yo considero, humana y decididamente, que el ser debe arrebatarle cada vez más el poder a Dios (y que no es más que el sueño de la física, ciencia sobre la cuál se construye el paradigma científico). En esa lucha el ser debe tomar su destino, apropiarse hasta de su propia muerte. No sólo ante una enfermedad que lo mantenga en un estado de "vida vegetal", no sólo por esa razón.
Muy Complicado, es una situación demasiado compleja...Pero la verdad, no veo porque no darle la oportunidad a la misma persona, como autónoma e individual que es su decisión...de permitirle calmar ese dolor....Si ella lo desea, no veo ninguna razón para impedírselo...Adicionalmente, para las personas que quedan en coma, y no pueden tomar dicha decisión, deberían facilitarles la vida a sus familiares, para que no sufran....Uno nunca sabe...que le pueda pasar mañana...por eso es necesario firmar en alguna fundación y organización para morir dignamente....pienso que ninguno esta exento de una situación así...y si puede ayudar a muchas personas, llegado el caso...Es como una especie de seguro de vida..
Patricia:De verdad que es una situación muy complicada,y por más que uno piense que podemos colocarnos en los zapatos del otro,es tan solo un decir porque la procesión viene por dentro,y nadie sabe la sed con que otro vive.Me parece que es muy difícil pensar y mucho más tomar el papel de Dios.Gracias Patricia por mostrarnos una realidad que cada día es más común.
A propósito del Tema, los invito a leer un milagro...
http://www.eltiempo.com/internacional/europa/noticias/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3582410.html
Yo creo que esas no son condiciones de vida, o sea la persona ya no es conciente, incluso ni dolor sentirá, en cambio sus familiares, las personas que lo rodean que lo cuidan, si son las que están sufriendo, eso debe ser tenaz, terrible estar todo el tiempo pendiente de una persona en esas condiciones, y guardando la esperanza de que se recupere algún día, que angustia, que estrés vivir así; a mi me parece que lo mejor es que le pongan su inyección y ya! Que sentido tiene vivir así, eso no es vida.. y la iglesia quien se cree, ellos que saben del dolor que sienten estas personas, bueno la verdad nadie sabe, solo ellos, entonces que decidan ellos…
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