lunes, 22 de junio de 2009

Hay más de 12 millones de personas en condiciones de servidumbre, explotación y esclavitud sexual

Tomado de la Revista Cambio,

Viernes 12 de septiembre de 2008


La Policía colombiana detuvo recientemente a dos lancheros de Buenaventura que transportaban a 25 chinos que intentaban llegar a los Estados Unidos, vía Panamá, y hace poco descubrió en Bogotá a decenas de orientales hacinados en un sótano. La frecuencia de estos casos permite pensar que Colombia es zona de paso en el tráfico de personas, un delito casi siempre impune. Detienen a los lancheros, pero no a los mafiosos chinos, europeos o japoneses, ni a sus contactos latinoamericanos o estadounidenses. Miles de colombianos -sobre todo mujeres- son cada año víctimas de este delito.

Hasta finales del siglo pasado se hablaba, como máximo, de "trata de blancas" para referirse a redes de prostitución internacional. Hoy, además de este fenómeno de esclavitud sexual, está el tráfico de niños, de trabajadores sometidos a regímenes de servidumbre. "La esclavitud del siglo XXI en el mundo globalizado" lo llama la Organización Internacional para las Migraciones. Según la OIT, en el mundo hay más de 12 millones de personas en condiciones de servidumbre, explotación y esclavitud sexual: el 80 por ciento mujeres y el 50 por ciento menores. Las causas: la pobreza, la falta de trabajo, la búsqueda de una vida mejor, el fraude, la estafa, el engaño...

La mayoría de estas víctimas proceden de los países del antiguo bloque soviético. Los burdeles de Barcelona, Madrid o Turín están atiborrados de rumanas, rusas, serbias... Como intermediarias, las redes kosovares se llevan la palma.

Las infortunadas que suelen "hacer la calle" en ciudades de Europa, tienen más suerte que las que son seducidas para viajar a Japón con el señuelo de un trabajo. Cerca de 2.000 latinoamericanas para el comercio sexual.

La trata de personas es, después de la industria petrolera y del tráfico de armas y de drogas, el negocio más lucrativo. Según la ONU, mueve más de 7.000 millones de dólares al año.

El tráfico de niños es el que más "innovaciones" ha experimentado. Va desde el turismo sexual en Asia hasta el secuestro para la venta de órganos, pasando por la esclavitud pura. La ruta preferida para el paso al "primer mundo" son los aeropuertos. En el de Ámsterdam han detectado casos en que empleados holandeses operan de acuerdo con chinos y turcos. Los niños son vendidos para talleres textiles, restaurantes chinos o burdeles de diferentes capitales europeas.

Pero lo que más ha crecido son las adopciones ilegales. Un caso muy sonado fue el que protagonizó, a finales del año pasado, la ONG francesa 'Arca de Zoé' en Chad. Su avión fue interceptado en el aeropuerto de Abeché, cuando intentaba salir con 103 niños presuntas víctimas y huérfanos de la guerra en Sudán. Un reportero de la Agencia Capa que acompañaba a la comitiva "humanitaria", demostró que los niños eran "disfrazados" de heridos con vendas untadas de yodo. No venían de guerra alguna. Ni siquiera eran sudaneses. Los habían sacado de sus aldeas con la falsa promesa a sus padres de que les darían educación en Chad. Pero la verdad era que tenían apalabrada su adopción con familias francesas, que habían pagado 2.500 euros por niño para acogerlos previamente a la adopción. Algo similar fue detectado hace poco en Andalucía: una falsa ONG, llamada 'África Negra', vendía niños de Guinea por 20.000 euros.

Europeos y estadounidenses suelen preferir niños latinoamericanos a la hora de plantearse una adopción sin complicaciones burocráticas. En todos los países suele funcionar igual: entidades presuntamente altruistas compran niños desvalidos y los preparan para entregarlos a familias extranjeras. En Bolivia, el Gobierno habla de "mafias bien organizadas" que compran bebés de pocos meses a familias pobres por entre dos y cinco dólares, los llevan a "casas de engorde" donde son alimentados para que adquieran apariencia saludable y después, mediante falsos certificados de nacimiento, los revenden a alguna de las 18 agencias internacionales de adopción que funcionan sin controles legales.

Tráfico de órganos

El secuestro de personas para el tráfico de órganos es hoy uno de los crímenes de la trata de seres humanos. En Argelia, el habitualmente hermético Ministerio de Interior, dio a conocer hace un mes la cifra de secuestros de los últimos años pasados: 375, de los cuales 115 eran atribuibles a islamistas que usan esa abominable práctica para financiarse. El resto: pedofilia y tráfico de órganos.

Según la Liga Árabe de Derechos Humanos serían muchos más, pero muchos padres no denuncian por miedo al escándalo. Su portavoz, Hocine Zehouane, asegura que centenares de niños han sido secuestrados hacia Marruecos, donde les extirpan los órganos para venderlos en Europa. El más importante diario argelino, El Khabar, confirmó el desmantelamiento de una red para secuestrar adolescentes y venderlos por unos 4.000 euros a una clínica de la localidad fronteriza marroquí de Oujda. La misma que señalan defensores de Derechos Humanos.

La célebre jurista Carla del Ponte, primera fiscal del Tribunal de la ONU para la antigua Yugoslavia y actual embajadora de Suiza en Argentina, relata en su libro La caza cómo, a partir de denuncias recibidas en su despacho, pudo establecer que en el verano de 1999, entre 100 y 300 prisioneros serbios, en manos del Ejército de Liberación de Kosovo, liderado por el hoy presidente kosovar y antiguo terrorista, Hashim Thaçi, fueron llevados a una casa en la localidad albanesa de Burrel, donde les extirpaban diversos órganos, que enviaban inmediatamente a clínicas del extranjero, hasta que les causaban la muerte.

La ONU, consciente de la gravedad del problema, que crece en forma exponencial, considera que más que perseguir a las víctimas, como sucede con las recientes disposiciones europeas sobre inmigración ilegal o de deportar a las esclavas sexuales cuando desmantelan una red mafiosa, hay que considerar el problema en su real dimensión. Convocó en Viena la Primera Conferencia Mundial sobre el tema en la que participaron gobiernos, ONG y los más importantes organismos internacionales. Por su parte, el Departamento de Estado de E.U. creó una comisión especial de seguimiento de la trata de personas en el mundo, con imposición de sanciones a los países que no la persigan y su inclusión en una lista negra. En su último informe, dice que el impacto de la trata de personas "va más allá de las víctimas individuales, mina la salud y la seguridad de todas las naciones".

2 comentarios:

Estella dijo...

Realmente,estamos de para atrás en la escala evolutiva,estos hechos dejan en duda la cualidad HUMANA del individuo,hasta donde llega la maldad,la avaricia?ya la vida no vale un centavo...

PATRICIA dijo...

Tantas injusticias se cometen a diario que no alcanzamos siquiera a imaginar la magnitud de cada uno de ellas, y sobre todo de las consecuencias tan atroces que traen...

Es muy triste pensar que hayan mujeres que venden sus propios hijos, y mucho menos que hayan agencias que se aprovechen de la necesidad de la gente, compren y trafiquen con humanos...

Cada vez que me levanto doy gracias a Dios porque nací en una Familia que me ha brindado la oportunidad de crecer en condiciones excelentes, y le pido a Dios que mis hijos puedan igualmente correr con la dicha de tener un futuro halagador, sin siquiera tener que pasar por cosas tan terribles e inhumanas....

"Not all us have the same luck"